Sus
personajes se caracterizan por una ternura inolvidable, la cual asociamos a
cualquier persona de la vida cotidiana. Es prácticamente inevitable ver a
alguien muy alto y flaco y no llamarlo cariñosamente “larguirucho”. Por otro
lado, sus personajes y dibujos consisten en líneas puras y simples,
conjuntamente con una vestimenta atemporal, lo cual hace que sean inolvidables.
Este
popular historietista fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos
Aires en el año 2009. Lamentablemente se nos fue “el hombre con corazón de niño”,
pero afortunadamente nos ha dejado un hermoso legado lo cual lo hace totalmente
inmortal para quienes recordamos sus personajes con una sonrisa en nuestro
rostro y alegría en nuestro corazón.